¿Estadio nuevo, vida nueva? Eso es lo que se preguntarán muchos aficionados bianconeri a día de hoy tras ver el recital de una Juventus, que quiere volver a ser el equipo dominante en Italia.
Fue la inauguración oficial del flamante Juventus Stadium, pero a parte de eso se puede decir que esto significa el inicio de una nueva etapa en el Calcio, y es que este nuevo estadio es el primero en propiedad de un equipo en Italia. Una fuente de ingresos incalculable para cualquier club, a la que de momento todos renunciaban pagando un alquiler a la Administración por utilizar un estadio de propiedad pública.
La Juventus ha abierto la veda y desde esta temporada gozará de esos ingresos, que a medio plazo debería representar para los de Turín un plus extra de competitividad que algunos habían reclamado para que los clubes italianos pudiesen competir con los gigantes de Europa.
Tras la inauguración oficiosa del Juventus Stadium frente al club al que deben sus actuales colores, el Notts County, la hinchada bianconeri pudo disfrutar del debut oficial de la Vecchia Signora en la que a partir de ahora va a ser su casa cada quince días.
Pero éste no es el único motivo para ser optimistas en Turín. Estrenan técnico, Antonio Conte, y las intenciones son las de además, “estrenar” sistema de juego. Un sistema que va en contra de la típica corriente que se le presume al Calcio, un sistema basado en el dominio de la posesión del balón y los jugadores técnicos, en detrimento del “histórico catenaccio”.
Su primer once, con diez italianos sobre el campo, es más que alentador. Partía con un esquema 4-2-4, con Buffon en portería, Lichsteiner, Chiellini, Barzagli y De Ceglie en defensa de derecha a izquierda, dos jugadores de toque en la medular, Pirlo y Marchisio, dos hombre abiertos en bandas, Simone Pepe y Giaccherini, y dos en punta, Del Piero y Matri. Un esquema que acabó convirtiéndose en un 4-2-3-1 tras las entradas de Krasic, Vucinic y Arturo Vidal.
Pero no solo el once invita al optimismo. También el banquillo, donde puede radicar una parte importante del posible éxito de esta Juventus. Al inicio del partido el banco lo formaban: Storari, Bonucci, Elia, Vucinic, Arturo Vidal, Krasic y Luca Toni. Recambios de extraordinaria calidad que aseguran que el rendimiento no solo no baje, sino que incluso pueda subir. Algunos de ellos deberían ser titulares habituales de hecho.
El debut fue casi soñado. Victoria por 4-1 frente al Parma y con unas sensaciones excelentes que hacen soñar con volver a la senda de los títulos a la parroquia juventina.
Durante los noventa minutos se vieron las intenciones de Conte con “su” Juventus. Control de la posesión y presión arriba para evitar la salida cómoda del contrario y recuperar balones en la zona medular. La posesión acabó 61%-39% pero sin duda el dominio pareció aún mayor. Esa debe ser la seña de identidad a partir de ahora.
Además, el dominio no fue intrascendente ya que consiguieron transformarlo en cuatro goles, el primero obra de Lichsteiner tras un recorte y pase sublime de uno de los estandartes de este nuevo proyecto, Andrea Pirlo. El segundo, obra de Pepe, otro gran gol que puso la puntilla a un gran partido del extremo, que cuajo su mejor actuación desde hace muchos meses. El tercero fue de un Arturo Vidal que solo llevaba cinco minutos en el campo y que con un acrobático remate estrenó su cuenta goleadora. El último lo metió Marchisio, de nuevo tras un pase memorable de un Pirlo que representa a la perfección el nuevo espíritu y carácter del proyecto.
El factor Pirlo debe ser santo y seña de esta Juventus
Sin sitio en el Milan, decidió salir en busca de una nueva aventura sabedor de que tiene aún fútbol para rato. Y lo dejó más que patente en su primer partido como bianconero en la Serie A. Dos asistencias de un nivel que solo unos pocos pueden ofrecer. Pero no fue solo eso. Además de ser clave en las instancias decisivas con el último pase, cuajó un partido soberbio con un dato escalofriante, 95 pases certeros de un total de 108 intentados, un 88% de precisión en el pase que demuestra que Andrea aún tiene mucha cuerda.
Este puede ser su año. Un año en el que reivindicarse tras perder importancia en el Milan y una temporada para inflarse a asistencias y elevar su figura a los altares del fútbol italiano de forma definitiva. Y esto no es información, es opinión.
Habrá que ver su rendimiento y el del equipo en general cuando no pueda hacerse con el balón de manera tan fácil, pero desde luego, los primeros síntoma de esta Juventus son tremendamente positivos. ¿Cambio de tendencias en Turín? Apuesto por ello.
Por fin!!! Vuelve la Vecchia Signora.
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