Con una larga historia, el St. Gallen se fundó en 1879 y es el club más antiguo de Suiza y uno de los más antiguos de la Europa continental. A día de hoy su palmarés es escaso pese a su tradición y cuenta únicamente con dos títulos de liga (1903/1904 y 1999/2000) y uno de copa (1969), pero en esta pequeña ciudad de poco más de 73.000 habitantes han visto pasar a jugadores de la talla de Iván Zamorano, Marco Tardelli, Tranquillo Barnetta, Hakan Yakin o Marc Zellweger, uno de los mayores mitos del club.
A los mandos del entrenador luxemburgués Jeff Saibene el St. Gallen está mostrando su mejor cara en la presente Superliga y no solo vence sino que convence. Tras siete jornadas de campeonato son el único equipo invicto de la categoría y están a tan solo un punto del liderato que posee el Sion, al que podrían arrebatárselo en el duelo directo que vivirán este fin de semana próximo.
Con un juego sólido pero vistoso, el club ha conseguido mantener a una parte importante de sus figuras del pasado curso en la segunda categoría. Con el argentino Scarione a la cabeza, también decidieron continuar piezas claves como Regazzoni, Modou o la pareja de centrales Montandon-Stocklasa. La única salida destacable fue la del medio centro Muntwiler, suplida a la perfección con la explosión definitiva del alemán Janjatovic. En el apartado de llegadas, la del lateral diestro Mutsch y la del punta esloveno Cavusevic destacan por encima de todas y se han hecho con un puesto en el once titular.
Sistema y estilo muy definidos por Saibene
Una de las claves del buen rendimiento de este equipo es precisamente la estabilidad que desde el primer día en la categoría ha otorgado al equipo el técnico Saibene. Con un esquema muy definido en el 4-2-3-1, prácticamente no se ha movido de él y los jugadores se han adaptado a la perfección.
Equipo equilibrado, sólido en lo defensivo y con pegada en la parcela ofensiva, esas es la personalidad definida por este St. Gallen en las primeras semanas de competición.
La solidez defensiva se la dan una zaga tremendamente competitiva, con la pareja de centrales que forman el jugador de Liechtenstein, Martin Stocklasa y Montandon -el capitán y líder de la zaga- y con los laterales, muy diferentes, Mutsch y Modou. El primero, recién llegado del Sion, con un buen golpeo de balón e intenso, el segundo, potente, físico y que suma con sus incorporaciones al ataque. Todos ellos, genialmente conjugados con el portero titular indiscutible, Lopar, que está cuajando un inicio de temporada notable.
A esta defensa se unen por delante la pareja que forman en el doble pivote el germano Janjatovic y el otro jugador de Liechtenstein en la plantilla, Nater. Ambos se complementan al a perfección. El jovencísimo alemán de 20 años, partía esta campaña con la difícil tarea de suplir a Muntwiler en ese puesto y por el momento ha conseguido hacer olvidar al ahora jugador del Lucerna gracias a sus buenas dotes con el balón, sus aportaciones desde la segunda línea y una versatilidad espectacular.
Delante de ellos y ya en posiciones más destinadas al ataque, se sitúa la línea de tres que lidera Scarione, al que habitualmente acompañan Regazzoni y Marco Mathys. El primero, actuando por la izquierda, forma una dupla extraordinaria con el argentino, y sus combinaciones en las inmediaciones del área suelen llevar muchísimo peligro a sus rivales. El segundo, llegado la pasada temporada en invierno del Biel-Bienne, es un jugador con buen manejo del balón y con llegada que parte siempre desde la derecha. Pero el líder de esta línea y del equipo es sin duda Ezequiel Scarione. El enganche argentino es una fuente inagotable de talento. La temporada pasada sumó 15 goles y estuvo presente en muchos de los goles de su equipo, y este curso, en el que ya suma 3 tantos, mantiene su ritmo de buenas actuaciones y cuando se acerca al área se convierte en un jugador imprevisible, muy difícil de parar y con una enorme cantidad de recursos.
De estos recursos se está nutriendo a la perfección el delantero Cavusevic. El punta esloveno se ha quedado con el puesto por delante del que a priori era titular, Abegglen, de una de las sensaciones del pasado curso en la Challenge League con el Kriens, Igor Tadic y del camerunés Etoundi. Su capacidad para encontrar siempre el hueco entre la defensa y sus goles le han hecho ganarse la confianza del entrenador y a día de hoy nadie le discute.
En general vemos a este St. Gallen como un equipo sólido, fuerte, equilibrado y con talento. Muchas virtudes que han sacado a relucir en sus primeros pasos esta temporada, pero sobre los que no deben confiarse, y es que es probable que tanto Sion como Basilea aumenten el ritmo a partir de la segunda mitad de curso. Ellos, si son capaces de mantener el nivel mostrado hasta ahora, pueden estar peleando por los puestos europeos e incluso por un puesto en la Liga de Campeones que les devolvería de golpe el prestigio perdido en los últimos años.
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